Gestión y manejo de residuos y desechos en casos de inundaciones desastrosas
Por: Hernán Papaterra hpapaterra@yahoo.com
El restablecimiento inmediato de los servicios de limpieza, recolección y disposición de residuos y desechos sólidos en ciudades y pueblos del país, colapsados hoy por las penosas circunstancias de las inundaciones, debiera ser objeto de preocupación de las autoridades, de las empresas, de las organizaciones de ayuda. Si vital resulta proveer alojamiento seguro, alimentación y agua, medicación y tratamientos de salud, es fundamental prevenir la contaminación, las infecciones y las enfermedades asociadas a las aguas impactadas por residuos y desechos sólidos y líquidos de cementerios, industrias, pozos sépticos, basurales a cielo abierto, así como por los desechos producidos por la prestación de ayuda humanitaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) editaron en el año 2003 el documento o guía conocido como "Gestión de residuos sólidos en situaciones de desastres". Una publicación del Área de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Socorro en Casos de Desastres. Documento de prevención y planificación auspiciado por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y Reino Unido. Su redacción estuvo a cargo de destacados profesionales de América Latina y El Caribe, especializados en temáticas como prevención de desastres y manejo integral de residuos y desechos sólidos.
La guía trata acerca de la generación de escombros y residuos de demolición por causa de desastres (inundaciones), interrupción de los servicios de recolección de desechos, los colapsos de los espacios sanitarios de disposición temporal o final de basura por saturación de agua, las alarmas por la generación de desperdicios en los albergues, campamentos y refugios de damnificados, la proliferación de mayor cantidad en empaques y envoltorios y la grave peligrosidad de los residuos de la prestación de las ayudas con medicamentos y alimentos.
El documento en referencia esclarece la necesidad urgente que surge en esas circunstancias como las tragedias por los riesgos, amenazas y vulnerabilidades asociadas a fenómenos naturales: el restablecimiento inmediato de los servicios de limpieza, recolección y disposición de residuos y desechos sólidos una vez materializados los desastres. Advierte que en América Latina y el Caribe estos servicios, ya de por sí en condiciones normales, son de suyo ineficientes e inadecuados, por cobertura insuficiente, cuestión que se agrava particularmente en las calamidades como las inundaciones.
Es un lugar común decir que la presencia de basura de todo tipo en cunetas, calzadas, alcantarillas, quebradas, ríos y lagunas, posibilita las inundaciones por los anegamientos debidos a las lluvias; pero pocos se percatan de que las lluvias sostenidas tornadas en inundaciones también son generadoras de nuevas fuentes y formas de basura, debido a todo lo que la fuerza de las aguas es capaz de arrancar de cuajo y arrastrar a lo largo de sus cauces naturales ocupado por urbanismos formales e informales. Y por todos los medios y recursos extraordinarios movilizados en el intento de paliar las necesidades y angustias humanas.
La propia población debe ser organizada y movilizada para participar activamente en el restablecimiento de los servicios de aseo urbano, y evitar así males mayores imperceptibles de manera inmediata pero patéticos a mediano y largo plazos. De hecho, y así lo sostiene el documento en mención, la ocurrencia de la actual tragedia o desastre por las inundaciones, debería implicar una oportunidad de redefinición y de relanzamiento de los sistemas de manejo de los residuos y desechos sólidos en el país. Es lo que han hecho países más acostumbrados a ese tipo de calamidades como los terremotos, los huracanes o las inundaciones.
En este preciso momento, las comunidades deberían estar siendo provistas de bolsas plásticas para recolectar y disponer los residuos y desechos; también tendrían que ser dotadas con los contenedores plásticos o metálicos livianos y hermetizables para recuperar esos desperdicios y así facilitar su manipulación para el traslado a los vertederos y rellenos controlados. No debe olvidarse que los transportes de recolección están imposibilitados de llegar a muchos lugares impactados.
Muchos de los escolares, en especial universitarios y de educación secundaria, deberían estar movilizados para sensibilizar y organizar a la población sobre las buenas prácticas de los residuos y desechos. Bastante de los residuos de demoliciones y deslizamientos son reutilizables para refacción y consolidación de barrios, como metales, ventanas, plásticos, electrodomésticos, restos de concreto. Buena parte de las cajas de cartón, latas de alimentos, plásticos, botellas y tetrabriks de jugos, lácteos y bebidas son reciclables y comercializables con las empresas recicladoras como fuentes de ingreso para grupos vulnerables.
Insistimos, y la advertencia no es nuestra sino de OMS/OPS, que en situaciones de desastres por fenómenos naturales y conductas socioambientales, el manejo de los desechos y residuos es factor clave del cuidado de la salud pública afectada, lo que debe garantizarse con la provisión de agua potable, el buen manejo de las excretas de la población y la higiene y vestido de la gente.
Tiempo de llamar la atención y de prender las alarmas: El manejo de los residuos y desechos sólidos es posiblemente de los servicios más afectados en casos de inundaciones masivas en pueblos y ciudades; pero también es aquel en el que menos previsiones y acciones correctivas se toman porque siempre se piensa que lo primero es salvar vidas antes que salvaguardar la salud de los afectados y de quienes son encomendados a prestar los auxilios. Ambas responsabilidades deben implementarse de manera simultánea y armónica.
Hernán Papaterra hpapaterra@yahoo.com