La
práctica del yoga puede ser tan beneficiosa que una vez que comienzas
quizás cambies tu vida. Este enunciado no lo digo por decirlo, sino más
bien por mi propia experiencia.
Comencé a hacer yoga por lo que nosotros
llamamos “casualidad”, mi primera clase la hice para acompañar a mi
amiga Adriana Sánchez en la celebración del aniversario de su programa
de radio "Recorrido por Margarita", ese día llegue a compartir una
experiencia que jamás había vivido y mi cuerpo respondía torpemente a
respirar, flexibilizarse y hacer una serie de posturas que pocas veces
realizaba en mi vida cotidiana.
La verdad es que la experiencia de ese
día me resultó poco atractiva, me sentía muy torpe ante todas las
personas que hacia movimientos y posturas armónicas y equilibradas, pero
intenté y al final sin entender mucho me sentí muy bien.