20.6.12

Mercurio: el veneno silencioso que tiene sentenciada a Margarita


Aquel elemento que alguna vez fue tildado de “panacea” por la multiplicidad de usos que se daba en la vida cotidiana, es hoy una sentencia de muerte progresiva, silente y casi asintomática: la contaminación por “mercurio” ataca desde todos los flancos y la peor noticia es que Margarita está rodeada y sus habitantes no lo saben.

No se trata sólo de las baterías o pilas desechables y la ausencia de centros de acopio y disposición final de estos dispositivos, sino de cómo a través de amalgamas –que se siguen retirando y desechando por desagües en centros odontológicos- dentales, termómetros rotos, bombillos ahorradores y muchas otras fuentes, diariamente los margariteños quedan expuestos al mercurio. La peligrosidad del mercurio radica en que es un elemento incoloro, inodoro insípido, por lo tanto no pude percibirse su presencia a simple vista o contacto.

Los síntomas de las enfermedades causadas por esta razón pueden tardar años en aparecer, pero son igualmente fatales. Y no es biodegradable; en pocas palabras: no hay forma de destruirlo, deshacerlo o descomponerlo.

En Margarita todos están expuestos las 24 horas
Pablo Cohen, capitán de navío retirado y experto en toxicología, denunció recientemente ante el Consejo Legislativo regional esta situación, la cual viene estudiando a profundidad desde hace más de 20 años, a través de estudios particulares efectuados en la Isla.
“Todos los centros odontológicos de Margarita siguen trabajando con amalgamas cuyo mercurio va a parar a las plantas de tratamiento, entre ellas la de Dos Cerritos, donde no se le aplica ningún proceso para metales pesados y por lo tanto, se evapora como el peligroso metilmercurio, el mismo que luego regresa a la tierra al producirse precipitaciones”, explicó.

Los bombillos ahorradores también son otra fuente altamente contaminante, ya que al no ser acopiados adecuadamente, la liberación de mercurio en el ambiente es directa al desecharse en los vertederos de basura, como El Piache.

De hecho, la Escuela de Biología de la UCV alertó al país sobre esta situación en 2010, cuando a través de un comunicado informó a la opinión pública que cada bombillo ahorrador –facilitado por el Gobierno Nacional- contiene 5 mgr. de mercurio, suficiente para contaminar 5 mil litros de agua.

Ese año se dijo que habían sustituido 48 millones de bombillos, “según el anuncio oficial, los cuales representan cerca de 250 kilogramos de mercurio metálico. Si se cumple la meta estimada por el Estado, de una tasa de recambio de 50 millones de unidades cada 4 años, el impacto ambiental es de más de una tonelada de mercurio cada 10 años”, indica el documento.

Mas a pesar de la campaña de ahorro energético encabezada por esta medida, no se efectuó la creación de centros de acopio y manejo de dichas lámparas, los cuales debían entregarse en las sedes de Corpoelec, Mercal o Pdval para la disposición final, lo cual no pasó de un enunciado gubernamental.

No obstante, la forma más peligrosa de estar en contacto con este elemento es a través del aire, aseguró Cohen. “Cada vez que se rompe un termómetro o un tensiómetro en el Hospital Luis Ortega de Porlamar, los pacientes internados y las enfermeras, principalmente, quedan expuestos en forma directa y constante, porque el mercurio se aloja en la infraestructura y allí se queda”.

Trabajan con mercurio… ¡dentro su casa!

Sin duda, la principal manera en que se propaga la contaminación por mercurio es a través de su venta libre en las perfumerías esotéricas, en forma de cápsulas, conocidas popularmente como “azogue”, principal insumo para practicar ritos de brujería.

“Cada cápsula contiene 1,3 gramos de mercurio, lo cual equivale al contenido de 500 pilas AAA. Quien enciende velones con azogue para hacer algún ‘trabajo’ en su casa, no sólo está contaminando el ambiente en su hogar, sino a toda la urbanización donde vive. Y sus vecinos probablemente, no lo saben ni lo sabrán nunca hasta que comience a afectarse su salud”, dijo Cohen.

Las personas afectadas por exposición continua al mercurio pueden sufrir mayormente de problemas neurológicos, ya que el efecto como eliminador de células es constante e irreversible; por ello también puede causar autismo en niños que no nacieron con esa característica, así como enfermedades hepáticas, ópticas, auditivas y del sistema inmune, entre otras.

Por estas razones, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) mantiene grupos de trabajo ocupados en el estudio del manejo del mercurio a nivel mundial, pero es necesario asumir local, regional y nacionalmente posiciones y acciones para enfrentar este flagelo.

“En primer lugar, se debe prohibir la venta libre de mercurio a nivel nacional. En segundo, eliminar la compra de termómetros que los contengan, además de crear depósitos en tierra firme (acá en la Isla sería un trasporte especial para llevarlos) y almacenar los bombillos, las pilas y todos los productos contentivos de mercurio, así como se hace con desechos tóxicos en otros países” sugirió Cohen.

Concluyó el experto que así como se ha buscado obtener mercurio y aplicarlo en la vida diaria, la humanidad debe asumirlo como desecho y darle el tratamiento correspondiente, que no es más que confinarlo, además de buscar alternativas para disminuir sus usos.

Crisleida Porras
Vía El Este Noticias

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