Ese mismo día, la Asamblea General de la ONU aprobó la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), su misión es proporcionar liderazgo y promover los esfuerzos conjuntos para el cuidado del medio ambiente, alentando, informando y capacitando a las naciones y a los pueblos para que mejoren su vida sin comprometer la de las futuras generaciones.
En 2010 la celebración del Día Mundial de Medio Ambiente tuvo su sede en Ruanda y el lema de este año fue: "Muchas especies. Un Planeta. Un Futuro” en el marco de ese lema, Somos Margarita se plegó a una actividad que realizamos desde el corazón, conocer el programa que se encarga de la protección de nuestra Cotorra Margariteña (Amazona barbadensis).
El programa Bioinsula está a cargo de la fundación Provita, y lo dirige José Manuel Briceño, un Biólogo con amplia experiencia y en la Organización es el Coordinador del programa, de la mano de José Manuel conocimos a la cotorra margariteña, nos enteramos de que es una especie endémica y declarada en peligro de extinción.
Jose Manuel nos informó que hace algunos años, al tomar el programa, existían unas 650 cotorras en Macanao, hoy existen alrededor de 2.000 y eso una buena noticia, lamentablemente al contrastarla con la realidad de que si hay 2000 en libertad existirán unas 3000 en cautiverio se vuelve un panorama desolador, sin embargo los que trabajan como “Biomonitores” no piensan lo mismo, porque con su actividad continua mientras las cotorras están anidando, ellos logran proteger un gran número de pichones y logran además sensibilizar y concientizar a un gran número de personas que se dedican a robar cotorras para comercializarlas. Al cuidar la Cotorra Margariteña están preservando además el Ñangaro, el Perico Cara Sucia y se garantizan que las fuentes de agua sigan siendo abundantes.
Caminar el sendero ecológico de la arenera “La Chica” nos llamó a la reflexión, que trabajo dedicado y comprometido el que los Biomonitores realizan, en este momento hay dos pasantes extranjeros provenientes de la Universidad de Bolonia y de la Universidad de Princenton acompañan al grupo de trabajo.
También hace un trabajo desde el corazón Pablo Millán quien en algún tiempo de su vida cazó Cotorras y hoy es un pilar firme y fuerte en el cuidado y preservación de la especie y en la concientización y sensibilización de su comunidad. Pablo siente tanto amor por esta especie que nos cuenta: “Cuando llegamos al sendero a comenzar nuestras labores las cotorras en una bandada vuelan alrededor cantando, eso quiere decir que están contentas de que llegamos, ellas saben que venimos a cuidar sus pichones”
Amigos por favor ayudemos a la preservación de la cotorra: NO compre fauna silvestre, al hacerlo no solo está incurriendo en un delito ambiental,esta desequilibrando un ecosistema.
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