Existe una tradición que es tener en nuestras manos una hoja de palma o una cruz hecha con partes de hojas de palma para que las bendigan en la misa del domingo de Ramos antes de Semana Santa. Esta tradición data de unos 200 años; en aquella época, quizás eran unas pocas familias las que subían a la montaña a buscar esta planta; en la actualidad, cada vez más feligreses piden hojas; pero... ¿cómo podemos arrancarle a la naturaleza en un día lo que le ha costado tanto producir?
A lo largo de Venezuela se cortan y/o se podan diferentes especies de palmas para obtener las hojas. En la Isla de Margarita y hasta hace pocos años, se cortaban desde la base, grandes cantidades de la palma Euterpe precatoria var. longevaginata (Mart.) Henderson. En el año 2005 se realizó un trabajo titulado: “Euterpe precatoria var. longevaginata (Mart.) Henderson en el Parque Nacional Cerro El Copey. Estado Nueva Esparta.” realizado por la bióloga María Silvina Ussher y tutoriado por la Dra. Argelia Silva en aquel entonces del Departamento de Diversidad Biológica del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente en Caracas. El trabajo se realizó con la intención de conocer el estado de las poblaciones de palmas en dicho parque y se evidenció el fuerte impacto causado por el corte realizado año tras año. Gracias a este trabajo y por órdenes de Inparques y del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, se suplantó el corte total de la palma por la poda para obtener algunas hojas de cada palma.
La Palma Euterpe es una palma de crecimiento lento, para llegar a dar su primera fructificación pasan entre 8 y 10 años aproximadamente y para convertirse en un adulto entre 15 y 20 años aproximadamente dependiendo de las condiciones ambientales específicas del lugar donde crezcan. En Venezuela no existen estudios sobre este género que nos permitan conocer la ecología de la planta.
Según el especialista Fred Stauffer, al suplantar el corte por la poda “El impacto sobre las poblaciones quizás sea disminuido, pero no con toda seguridad ya que se sabe que en la explotación de hojas de Ceroxylon interruptum en el Ávila, las poblaciones sufren no solamente por el corte de las hojas, (alternando consecuentemente la producción de inflorescencias e infrutescencias), sino peor aún, las plántulas jóvenes (de raíces muy frágiles en el caso de las palmas) son pisadas por los cientos de recolectores a lo largo de muchos años produciendo la muerte lenta de las poblaciones. ”
Es necesario controlar esta práctica de cortes y podas de las diferentes especies que son utilizadas para este fín a lo largo de todo el país, hasta que tengamos en nuestras manos los estudios necesarios. También es indispensable hacerle seguimiento a las plántulas que se siembran para reponer las que fueron cortadas, actividad que realizan los Palmeros Asuntinos en la Isla de Margarita, por indicaciones de Inparques.
Estamos en una época en la que debemos respetar el equilibrio natural de nuestros ecosistemas. Ya sea el corte de palma o la extracción desmesurada de cualquier tipo de flora y fauna de su entorno, nos está afectando negativamente. Eduquemos a nuestros niños y les enseñemos que en la naturaleza existe un equilibrio que debemos respetar y cuidar.
Hacemos un llamado a la reflexión ya que nos estamos perjudicando nosotros mismos.
El Parque Nacional Cerro el Copey siempre ha sido un generador de agua de la isla de Margarita, ya que de su agua se surten varias represas. Es necesario conservar el Parque y de esta manera estaremos protegiendo el agua que este produce, tan indispensable para la vida.
María Silvina Ussher
Centro de Investigación en Medio Ambiente y Arquitectura Sustentable (CIMAAS)
Isla de Margarita