Dos efemérides importantes se celebran este mes de enero. El 26 es el
Día Mundial de la educación ambiental y 28 Día mundial por la reducción
de las emisiones de CO2.
El Día mundial de la educación ambiental data de 1975, cuando se celebró en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental. La reunión dio origen a la Carta de Belgrado, misma que se utiliza como referente en la educación ambiental, pues en ella se plasman reivindicaciones fundamentales de esta y sus lineamientos se consideran en el marco de los programas de Naciones Unidas en la materia.
El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Esta celebración busca concientizar sobre esta grave situación e impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, tales como inversiones en desarrollo de fuentes de energía renovables, cambio a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y modificar las tendencias de consumo a través de la educación ambiental.
Cada individuo, desde su propio entorno, puede optar por opciones de cambio, a menor o mayor escala cada pequeña acción cuenta. De las políticas públicas esperamos un cambio radical del modelo energético desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables, así como el cambio de mentalidad mediante la educación ambienta
El Día mundial de la educación ambiental data de 1975, cuando se celebró en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental. La reunión dio origen a la Carta de Belgrado, misma que se utiliza como referente en la educación ambiental, pues en ella se plasman reivindicaciones fundamentales de esta y sus lineamientos se consideran en el marco de los programas de Naciones Unidas en la materia.
El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Esta celebración busca concientizar sobre esta grave situación e impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, tales como inversiones en desarrollo de fuentes de energía renovables, cambio a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y modificar las tendencias de consumo a través de la educación ambiental.
Cada individuo, desde su propio entorno, puede optar por opciones de cambio, a menor o mayor escala cada pequeña acción cuenta. De las políticas públicas esperamos un cambio radical del modelo energético desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables, así como el cambio de mentalidad mediante la educación ambienta
Via Ecoscopioweb.blogspot.com
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