El río Guaruparu, que desde hace al menos siete meses no había cesado de correr por las calles de El Salado y El Valle de Pedrogonzález, volvió a su cauce natural, luego de los trabajos ejecutados por la Alcaldía de Gómez con recursos propios.
Previo informe y con la autorización de los rectores ambientales, la alcaldesa Yannelys Patiño ordenó la intervención de la cuenca, donde la carretera principal de El Salado interrumpía el paso del río, desviando sus aguas y ocasionando afectaciones en la comunidad durante los períodos lluviosos.
Los trabajos acometidos por la Alcaldía de Gómez consistieron en la canalización en tierra de 500 metros de río, la instalación de dos tuberías de 18 pulgadas bajo la carretera y la construcción de piso de concreto y aletas de puente en la entrada y salida de la tubería.
La comunidad en general se muestra complacida. Ahora que el Guaruparu retomó su cauce original para desembocar en el río El Jobo, los agricultores aprovechan sus aguas para el riego, las calles están secando y la municipalidad se prepara para “meterle el pecho” a la vialidad.
Mientras obreros municipales pintaban los brocales de la calle San José, en el sector Pueblo Nuevo de Pedrogonzález, el señor Edmundo Rodríguez (residente) comentaba la mejoría que se observa luego de los trabajos, pues no recuerda cuando fue la última vez que miró la vía sin agua corriendo.
Fuente: Prensa Alcaldía de Gómez
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